La política de Salud mental del Ministerio de Salud de Colombia “tiene como objetivo promover la salud mental como elemento integral de la garantía del derecho a la salud de todas las personas, familias y comunidades, entendidos como sujetos individuales y colectivos, para el desarrollo integral y la reducción de riesgos asociados a los problemas y trastornos mentales, el suicidio, las violencias interpersonales y la epilepsia”.
Esta ley se considera un avance muy importante en términos estatales para combatir los problemas que se han presentado históricamente, pero que después de la pandemia por Covid 19 se han exacerbado y por lo visto en las estadísticas nacionales, no se detiene.
Según la “encuesta de percepción sobre la salud mental de los colombianos, su cuidado y valoración”, realizada por el Ministerio de Salud en octubre de 2023, el 66,3% de los colombianos declara haber enfrentado algún problema de salud mental. “Este porcentaje es mayor en las mujeres que constituyen un 69,9%. Cerca de la mitad de la población señala la casa en un (44,5%), como el escenario más propicio para generar problemas de salud mental. Este espacio es mencionado con más frecuencia entre las mujeres que entre los hombres.” (Encuesta Salud mental – Minsalud 2023). Como demuestran estas cifras hay una afectación importante en la salud mental, pero además hay interés por intervenir este aspecto tan importante para el ser humano.
En este contexto y en una charla familiar de domingo por la tarde, en donde discutíamos algunos casos de amigos y familiares que afrontaban ansiedad, estrés, reactividad emocional, intentos de suicidio, entre otros, y teniendo en cuenta la gran experiencia de mi hermana Nelly en la terapia familiar, le propuse que podríamos hacer un poco más por las personas a través de una empresa dedicada a estos temas. Por mi parte, como enfermera también soy consciente de la importancia de la salud mental como aporte a la mirada holística de las personas, y con mi formación administrativa considero que el aporte de un emprendimiento de este tipo es inmenso para la sostenibilidad de un país.
Así, disfrutando de un café, empezamos a modelar la idea, a trabajar continuamente, a capacitarnos y a definir lo que queríamos hacer, siempre teniendo en cuenta a la persona y a la familia como nuestra razón de ser. Posteriormente y con un arduo trabajo vinieron reuniones para aclarar nuestras ideas y transformarlas en una realidad tangible. Entre varias discusiones proactivas surgió la idea de la espiritualidad, tema controversial entre nosotras mismas y especialmente para mí porque en ocasiones asociaba la espiritualidad con religión, pero mi hermana me explicó que no necesariamente era así. Revisamos diferentes autores y teorías sobre este enfoque y al final nos dimos cuentas que nos identificábamos plenamente con la espiritualidad como un soporte para las personas en situaciones de crisis y también como un factor protector que brinda herramientas eficaces de afrontamiento.
Es así como se valida nuestro nombre, Psicología con espíritu, el cual valga la pena aclarar, mi hermana ya venía posicionando, pues ella sí estaba convencida por su experiencia y por lo logrado durante muchas horas de terapia a sus consultantes, que la espiritualidad nos mueve hacia acciones positivas por nosotros mismos y esto es lo que quería brindar a esas personas que le consultan hace más de 20 años y por supuesto a los nuevos usuarios que quieran aprovechar esta experticia.
Hoy con todo nuestro cariño y profesionalismo ponemos a tu disposición nuestros servicios que podrás consultar en nuestra página web y nuestras redes sociales, las cuales serán un medio para comunicarnos, brindar consultorías, apoyo, herramientas efectivas de afrontamiento y todo lo que puedas necesitar en temas de salud mental.
Tal y como nuestros médicos recomiendan tener un chequeo anual de nuestro estado físico, nosotras queremos recomendarte un chequeo anual de tu estado mental y emocional. Nunca está de más pedir ayuda.