Perdonarse a uno mismo es algo fundamental para disfrutar de buena salud mental y paz interior. Es uno de los mejores regalos que nos podemos hacer, puesto que es fuente de estabilidad emocional, aunque, claro, no es tarea sencilla.
Requiere tener bien desarrollados aspectos como la humildad, la paciencia, la autoestima, aspectos que son factores muy relacionados con la personalidad que actúan como protección ante psicopatologías.
NADIE ES PERFECTO.
Todos en algún momento hemos cometido errores, faltas que se repiten con eco en el interior de nuestra mente, martirizándonos acerca del daño que hemos hecho. Esto, en cierta manera, es normal, dado que entre los dones de los que dispone el ser humano, además de la inteligencia, está la buena memoria, capacidad que se pone, a veces, en contra nuestra. Esta memoria, combinada con una tendencia un tanto masoquista, le gusta recordarnos una y otra vez algo malo que nos cuesta perdonarnos.
¿ES MALO SENTIRSE CULPABLE?
El sentimiento de culpa es un mecanismo fundamental en nuestro aprendizaje. Es gracias a esta emoción que nuestra consciencia se va formando, estableciendo límites sobre si nuestras motivaciones y conductas son adecuadas o no.
Cuando no se desarrolla adecuadamente esta emoción, surgen problemas para interiorizar el código ético y moral, dadas las dificultades relacionales que de esto se deriva. Sentir culpa por todo y ante todos es un comportamiento patológico, síntoma de un problema de personalidad grave, frustraciones varias y de urgente intervención psicológica.
Lo que nos debe quedar claro es que sentir culpa suele ser un buen indicador de que hemos actuado de forma errónea, o al menos, nos da la sensación de que hemos transgredido las normas éticas y morales de alguna forma.
Significa que somos conscientes de que algo mal debemos haber hecho y, sintiéndonos culpables, nos movemos para enmendar nuestros errores.
¿QUÉ SIGNIFICA PERDONARSE A UNO MISMO?
Debe quedar muy claro que perdonarse a uno mismo no es sinónimo de justificar una conducta inadecuada ni tampoco dejar de sentir remordimientos. Perdonarse implica, en primer lugar, reconocer las emociones negativas que un error cometido en el pasado nos produce y, aun así, decidir que pierdan fuerza en nuestro presente.
El perdón requiere de todo un proceso, especialmente si el acto a perdonar es complejo. Es muy importante que, para perdonarnos, cambiemos nuestra perspectiva de la situación vivida. Debemos darnos el permiso para avanzar y superar aquello que ocurrió, viviendo en el presente, intentando alcanzar la paz plena y abriéndonos a un futuro sin dolor.
LAS FASES DEL AUTOPERDÓN
Perdonarnos a nosotros mismos es un proceso complicado, muchas veces más difícil que perdonar a los demás. Este proceso implica las siguientes fases:
1. Reconocer la verdad: Es necesario que seamos honestos con nosotros mismos y, en caso de que sea cierto que hayamos hecho algo mal, no engañarnos.
2. Asumir lo sucedido: Toda acción tiene una reacción. Asumir la responsabilidad de lo sucedido es de valientes y debemos enfrentarnos a lo que ello conlleve.
3. Contactar con nuestras emociones: Para saber qué emociones influyeron en cómo nos comportamos es fundamental echar la mirada hacia atrás y hacernos preguntas del estilo:
¿Estábamos enfadados y dijimos algo feo a nuestros padres?
¿Estábamos cansados y no quisimos limpiar la casa?
¿Estábamos tristes y arrasamos con la nevera?
Es normal que las acciones de las que nos arrepentimos después hayan estado marcadas por un elevado componente emocional, mayormente de tipo negativo.
4. Permitirnos sentir: A veces estamos felices y otras tristes, lo cual influye en nuestra forma de comportarnos. La aceptación de nuestra imperfección, de que podemos sentir un amplio repertorio de emociones y que no siempre nos portaremos de la mejor manera es un aspecto clave para poder perdonarnos. La autocrítica debe dejar paso a la compasión hacia nosotros mismos.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Son varias las estrategias de las que disponemos para perdonarnos a nosotros mismos. Todas ellas pueden ayudarnos a agilizar el proceso del autoperdón.
1. Disculparse: Resulta lógico que, para perdonarse, es necesario disculparse con aquella persona a la que hicimos daño, si es el caso. Las disculpas deben ser profundas y sentidas de corazón. También deben ser sin expectativas: si nos disculpamos y la otra persona se siente todavía herida, es normal que todavía no se atreva a darnos su perdón.
2. Hablar de ello: Compartir la experiencia es fundamental para ser consciente de lo que sucedió y relativizarlo. Hablar de ello nos permite ponerlo a debate con personas que, preferiblemente, deben de ser de nuestra confianza.
3. Acudir a terapia: Otra opción, muy recomendable, es acudir a terapia y hablar con un psicólogo. Este profesional abordará aquello que somos incapaces de perdonar desde una perspectiva más neutral e imparcial, además de seleccionar las estrategias terapéuticas más adecuadas para la situación en concreto y tratarlo.
4. Escribir una carta de disculpa: Una estrategia muy útil es escribir una carta de disculpa, especialmente si aquello por lo que nos sentimos mal es algo que consideramos que no se puede arreglar. Esto es especialmente recomendable para casos en los que no podemos hablar con aquella persona a quien creemos que hicimos daño, como puede ser un familiar fallecido o alguien con quien hemos roto toda comunicación
Y que nos dice Dios acerca de perdonarnos a nosotros(as) mismos(as):
Cuando Dios nos perdona, dice que ya no se acuerda de nuestros pecados (Jeremías 31,34). Esto no significa que nuestro omnisciente Padre Dios olvida, sino que, debido a que Él nos perdona, Él escoge no sacar a relucir nuestro pecado de una manera negativa.
Lo que Dios quiere para que te perdones porque Él ya te perdono es que:
Te mires como Dios te ve, como si nunca hubiésemos pecado» (Romanos 3,24).
Pongas la gracia al lado de cada pensamiento negativo. Es la gracia de Dios la que borra nuestro pasado; y es la gracia de Dios la que rehará nuestro futuro (Efesios 2,5-8; hebreos 4,16; 2 Corintios 5,17).
Medites diariamente en las verdades de la Palabra de Dios, Josué nos dijo hace miles de años lo que los científicos están descubriendo ahora. «No os apartéis de vuestra boca de este libro de la ley; meditad en él día y noche, para que guardéis todo lo que en él está escrito. Entonces seréis prosperados y triunfadores» (Josué 1,8).
Perdona como Jesús te ha perdonado. (Perdona, como el Señor te perdonó a ti. Colosenses 3,13).
Sigan avanzando anticipando algo hoy y algo mañana. Pero me enfoco en una cosa, olvidando el pasado aprenderás a perdonarte a ti mismo y esperando lo que está por venir. Sigue adelante para llegar al final de la carrera y recibir el premio celestial para el cual Dios, por medio de Cristo Jesús, nos está llamando (Filipenses 4,13).
P E R D O N A T E:
Cuando te equivoques
Cuando no cumplas tu rutina diaria
Cuando no hagas ejercicio
Cuando no arregles un día tu habitación
Cuando no saques la mejor calificación
Cuando un día quieras llorar y otro día reír
Cuando algo no salió como planeabas
Cuando sientas que no cumpliste las expectativas de otros
Perdónate cuando sientas miedo y culpa
Perdónate y se amable y paciente contigo
Perdónate, limpia tu mente y sanaras tu cuerpo
Natalia Reza, Psicoterapeuta (modificada por RIGAE)
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